¿Qué es esto? ¿Estoy soñando?
Se me deshacen las manos…
Indudable: esto no es verdad. Mis dedos se esfuman como formas de arena seca acariciadas por el viento mortal.
Tranquilo, tranquilo…es un sueño.
¡Ahora puedo volar! Sí, si se que esto es mentira. ¡Voy a andar sobre el agua y a lograr mil hazañas asombrosas!
Es una ilusión. Puedo hacer lo más quiera. ¿Puedo, ahora, tenerte y sentirme en paz? ¡Seguramente pueda! Voy a buscarte ahora mismo, apareces en todos mis sueños…
Estás, y puedo sentirte esta vez, pero… ¡No tengo manos!
No puedo acercarme. Mis pies se vuelven polvo, mis piernas parecen imitarlos, y ahora el piso está frío, insoportablemente frío.
Estamos solos, y no puedo tocarte…
Lloro sin poder moverme. Siento que mis quejidos son cada vez más sentidos, pero no hay lágrimas a la vista. Mi cuerpo no las permite.
Te vas, puedo levantarme, y recupero mi resignación. Me siento solo y decido que estoy frente al mar, de noche. No veo ya nada hermoso y decido despertar.
¿Para qué dormir? Soñar, vivir…ya se ve: es lo mismo.