jueves, 12 de julio de 2012

Será que te amo


Porque la última vez que nos vimos también nos fuimos en risas, aún cuando no recordabas las meriendas frías que debieron ser calientes o cuáles eran los nombres de todos. Por mirarte, tantas cosas comunes con tan pocas almas. Los que concluímos tras la primera repetición sospechamos inmediatamente esto al revisar un mínimo de papeles: será que te amo, aunque tu amor recíproco fue tal vez el más novedoso que me haya tocado, teniendo la particularidad de irte sin llevarte nada. Así, solo me dejaste las cualidades en papel de regalo.  También tu partida es común a mi amor como contándome sobre independencia de caminos.
A pesar del alivio general en que me incluyo no puedo evitar mi egoísta tristeza al despedirnos, es que de verdad eras tan chiquita que no debiste marchar.
Y cargarte al final dejó marcas en mis manos aunque yo te sintiera tan liviana, tanto que hubiérate llevado yo en soledad, con riesgo de rebelarme y perseguir otros destinos que no fueran el último.

Te miré fijamente hasta el último instante, sinceramente esperando que de algún modo cambiaras de opinión y fuéramos a la calesita de la estación de Lomas, pero supongo que terminaron los tiempos de darme gustos. Andá entonces, y dejá a ese pobre hombre que coma sus bocaditos tranquilo.
Un abrazo al tío.

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