viernes, 10 de agosto de 2012

Libres


Pagar la entrada diez pesos, acomodarte la capucha y sonreir el alma mientras insultás por el viento frío y por el saco que debiste cerrar dándome la razón. Caminar, a veces muchas sobre el hielo, que te diviertas y yo mantenga atención en desearte una caída suave.
Y, sabés, sentarnos en el mirador con las piernas colgando libres a la nieve; y fumarnos ese cigarrillo definitivo mientras nos eternizamos.
Algo habrá de los días cuando te gustaba que fuera tan argentino.

No hay comentarios: