¿Has visto las estrellas sobre las montañas? ¿Las has visto?
¿Y la locura en tus ojos de caleidoscopio, muchacha?
Si acaso sorpresas y agrados habían de esperarme cierto es que ahora me aguarda uno menos, al parecer no por extraña ni por sus erosiones pues aquello no solo yo he visto. Hay algo, halgo hay, Jenny, que te hace realmente especial.
No tus ojos verdes ni tu gorro de lana negro, tampoco tu hermosa conjugación ni aún la velocidad de tus ideas que me obligan a veces a cortar caminos para sonreir.
¡Vaya destino, saber ahora que oxigenas al mundo!
Mil kilómetros, seis cuadras lejos.
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