Entiendo tus escudos y valijas aunque mis dudas sean auspiciadas por tu ropa a medio ordenar. Mis fragmentos en tu vida física parecen ser los únicos ya que pueden amarrarte. ¿Pero es que no quisimos amarres?
Vaya si te he querido, vaya si te quiero. Vaya si habré saltado los convenios de la lírica y la gramática por darte solamente un gesto, un guiño que era abrazo.
Hoy perdiste, si acaso ya no podés recordar que algo te dí. ¿O será que mi algo y mi todo son nada?
Yo tengo recuerdos muy jóvenes de caricias telefónicas y maravillas a distancia, también recuerdo como reciente el primer cruce de miradas, mi perderme en los fuegos de artificio contenidos tras tus ojos que eran, creo, maravillosos a la luz del sol. No puedo asegurar esto último pues habías ya cambiado mi concepción de lo necesario y porque nunca más volví a mirarte con ojos de quien no ama.
Vaya si te he querido, vaya si te quiero. Vaya si habré saltado los convenios de la lírica y la gramática por darte solamente un gesto, un guiño que era abrazo.
Hoy perdiste, si acaso ya no podés recordar que algo te dí. ¿O será que mi algo y mi todo son nada?
Yo tengo recuerdos muy jóvenes de caricias telefónicas y maravillas a distancia, también recuerdo como reciente el primer cruce de miradas, mi perderme en los fuegos de artificio contenidos tras tus ojos que eran, creo, maravillosos a la luz del sol. No puedo asegurar esto último pues habías ya cambiado mi concepción de lo necesario y porque nunca más volví a mirarte con ojos de quien no ama.
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