jueves, 15 de diciembre de 2011

Una Flor

Volviste, creciste y me llamaste repentinamente.
No naciste de nuevo, paseaste bajo la tierra todo este tiempo hasta retornar a mi vista.
Sos ahora una flor tan endeble y hermosa en el campo como un recuerdo; no acaricio ya tu cuerpo ni me rasgan tus espinas.
Entonces, solo seguí siendo hermosa; yo te observaré inclinado sobre el alambrado unos momentos y te rezaré luego: "gracias por volver".

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