Algunas veces hará falta
no saber porque saber
y tu distancia insaciable
traen en mi hombro pasados apoyos
perdidos y encontrados
en un preterito anterior.
Cabalgándome la conciencia
abrúmame ella, ¡ámame tú!
Ámame aunque te llore
aunque no lo haga
si pataleo entre tus madrigueras
soportame inapelable
ennoblece el cuerpo
talla mi esqueleto.
Tus brazos son otros,
tus partes irreconocibles
son mías, no las quiero
me lapidan de a ratos
se burlan de la inocencia
me traen otro sudor.
Extrañado en medio
ámote; ¡cúrame!
.
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