Yo estaba tan seguro que no podía dejar de mirarla, de mirar las novedades de los últimos diez años, de jugar con temor y expectativa al juego de las diferencias.
Hoy cayó rocío en el viaje, e hizo todo más bello y menos importante. Uno de esos viajes donde la culpa no es compartida, donde solo uno es capaz de derrumbar las obras de arte que inventa el tiempo en forma de coincidencia. Entonces se ama y se extraña…lloro mis juguetes perdidos…disimulo un sentimiento de curiosidad.
Las calles pasan y me acerco a mi destino irremediable, donde yo seguiré mi camino y ella el suyo, hacia un nuevo olvido. La inseguridad viste de paciencia, se torna en elaboración de planes, mientras intento demostrar falsedad en la supuesta identidad; buscando evitar el viaje al pasado, y lo hermoso del presente…maldita dependencia de la estructura…la historia del que prefiere olvidar.Hoy hubo rocío en el viaje, y la fascinación del tiempo se mezcló con el cariño, el hijo pródigo.
Un guiño favorable de la incertidumbre espacial, un paraguas gigante, una historia de amor.
Como siempre, volví, pero el sol me lastimaba impiadoso.