
Mi amor atardece. Entiendo cómo llamar a todo ‘día’. La lectura de un libro atardece, más lenta o rápidamente, la cola en la caja del supermercado atardece, también la energía y la espera en el semáforo.
Y los días…deslucidos destinos para acunar al atardecer como nombre popular de aquello que anticipa al ocaso.
En verdad, los años son días, días con eclipses casi permanentes y periódicos, sin preludios perceptibles, que llamamos ‘noche’ por la comodidad escalar del tiempo.
A pesar de que la espera, la lectura, la alegría y el año atardecen, encuentro sólo en el día, injusto dueño de palabras, la forma de expresar.
Mi amor atardece, como el día.